Así como nuestro organismo, el de nuestras mascotas tiende a tener mejores resultados con productos naturales. La sensibilidad de los animales al medio ambiente es aún más directa, por lo tanto son más susceptibles a bacterias, parásitos, alergias y virus. En trabajo conjunto con veterinarios hemos encontrado que el consumo del kefir de leche animal ha ayudado a reducir visitas médicas, infecciones y parásitos esto complementado con una buena dieta y tenencia de nuestras mascotas.
Muchas veces vemos comer a nuestros perros pasto y nos dicen tranquilos se está purgando, FALSO. El pasto es un transmisor de parásitos, enfermedades por aves, roedores y otras heces animales, así como una fuente contaminante por los herbicidas y pesticidas que pueden envenenar a nuestra mascota. Comer pasto es un signo de un desbalance en el sistema digestivo del perro causado por ansiedad, inapetencia, viajes, largos períodos sin alimento, el pasto no alivia sino que desencadena vómito, inapetencia, intoxicaciones y parásitos. El kefir ayuda a evitar el consumo de pasto y previene infecciones y parásitos. A diferencia de los gatos en donde el pasto, idealmente dentro de espacios controlados es una ayuda para la expulsión de bolas de pelos.
El kefir es una excelente fuente de nutrientes (calcio, fósforo, vitamina B12, vitamina D, vitamina K, magnesio, ácidos orgánicos y péptidos) como complemento de la dieta de tu mascota y de uso moderado. Muy importante que el kefir que administras a tu mascota no tenga endulzantes ni azúcar añadido. Puedes despreocuparte por la lactosa ya que los probióticos del kefir se alimentan de la lactosa (azúcar de la leche), por lo tanto su deslactosado es 100% natural. Al iniciar el uso del kefir es importante observar la dosis ya que al ser un producto probiótico puede aumentar flora bacteriana o agilizar la digestión. Puedes empezar con dosis más bajas de las recomendadas para ver el comportamiento del estómago de tu mascota. El kefir ayuda a regular la flora intestinal después de la toma de antibióticos.
Estos son otros de los beneficios del kefir en mascotas:
- Propiedades antisépticas, fungicidas, anti levaduras y antibióticas. (giardias, salmonella, e.coli)
- Reducción de inflamaciones, alergias y problemas de piel.
- Mejora el mal aliento y la absorción de nutrientes en el estómago.
- Ayuda a la pancreatitis, anemia, artritis, osteoporosis e intestino permeable.
- Reduce potencialmente el aumento de las células cancerígenas.
- Fortalece el sistema inmune.
- Regula la formación de coágulos y ayuda a la salud del corazón.
Por último, si tu amigo peludo es muy quisquilloso con las comidas, agrégale un poquito de kefir de leche de cabra o vaca y mira la diferencia. Recuerda seguir las instrucciones de uso.
Posología:
Perros: 1 ml por cada kg al día.
Gatos: 0,2 ml por cada kg al día
Es importante introducir el kefir en dosis más bajas y ver el comportamiento intestinal, en caso de diarrea o vomito reducir la cantidad o suspender totalmente. Recuerda consultar también a tu veterinario.
Algunos casos de éxito:
Maya 11 años – perro – Barranquilla
Gastroenteritis y giardias constantes
Después del inicio del uso del kefir Maya ha mejorado su apetito, asimismo ha dejado de comer pasto, no ha vuelto a tener giardias lo que le produce siempre gastroenteritis seguido de manejo de antibiótico y hospitalizaciones.
Sophie 9 años – perro – Bogotá
Gastroenteritis, gastritis
Sufría de inapetencia, cuando dejaba de comer le daba gastritis y empezaba a comer pasto lo que le producía parásitos y gastroenteritis. Desde el inicio del consumo no volvió a tener estos problemas.
Salvador 2 años – perro – Bogotá
Inapetencia
Habíamos tratado con salsas, polvos, muchos concentrados y barf, siempre empezaba comiendo bien y luego se cansaba, iniciamos a darle kefir de cabra y ahora siempre come a la hora indicada.
Miel 4 años – gato – Bogotá
Problemas de movimiento intestinal y absorción.
El kefir ayudó a Miel ayudando al tránsito intestinal de bolas de pelos ya que no estaba logrando expulsarlos. Antes del kefir estaba presentando vómito constante porque no estaba digiriendo correctamente el alimento y tenía obstrucción por bolas de pelos.